Los regalos personalizados en Navidad tienen dos ventajas principales respecto a los regalos convencionales. El primero es que pueden resultar mucho más económicos, a pesar de que su elaboración requiera, por lo general, de más trabajo. El segundo es que, precisamente por ello, dan fe de una entrega personal para demostrar el afecto que se siente por el destinatario del regalo.
En tiempos como los nuestros, vivimos a gran velocidad y cedemos fácilmente ante las tentaciones del consumismo salvaje. Por eso mismo, cuando dedicas tiempo a pensar y a realizar un regalo personalizado, también estás llamando de algún modo la atención. No obstante, para que el resultado contente verdaderamente al destinatario, debes tomar en cuenta las siguientes consideraciones.
Qué tener en cuenta para realizar un regalo personalizado
Lo más importante es que no se trate simplemente de algo decorativo. Por lo general, los regalos personalizados suelen ser manualidades. Por el contrario, los regalos convencionales son productos que satisfacen una necesidad o que tienen una función específica. Por ejemplo, una maquinilla de afeitar o una colonia. Un regalo personalizado en Navidad ha de tener ese mismo valor práctico.
Lo más sencillo es que pienses en un objeto útil que se pueda replicar fácilmente. Hay muchas opciones: un posavasos a juego con una taza, una banqueta, un bolso… Evidentemente, todo eso puede adquirirse en una tienda. Lo que debes conseguir es que tu regalo, por ser personalizado, sea mucho más especial. Se pueden incluir imágenes, mensajes referidos al destinatario, añadir elementos divertidos… Pero sin olvidar nunca que debe cumplir con una función.
Del mismo modo, existe la posibilidad de diseñar regalos personalizados con añadidos comprados. Por ejemplo, el posavasos se puede combinar perfectamente con una taza o con un juego de tazas. Así, un regalo convencional, al combinarse, se verá enormemente realzado.