El abanico es sin duda el complemento por excelencia en cuanto llega el buen tiempo. Nos sirve tanto para dar un toque de color a nuestro atuendo como para salvarnos de una calurosa mañana de verano bajo el sol. Sin embargo, hay un abanico para cada ocasión. No es lo mismo un abanico para llevar en el bolso que otro para asistir a una celebración. Además, las estaciones, sus colores y su clima condicionan y determinan cuál es el abanico que mejor casa con nuestro estilo en cada momento del año.

La primavera es el momento ideal para renovar el armario (o el cajón), e inspeccionar de qué disponemos y qué necesitamos adquirir para la nueva temporada. Y, si hay algo que abunda de abril a junio, ese algo son las bodas, los bautizos y las comuniones. En esta tesitura, el abanico se alza como una de nuestras mejores opciones, tanto por su elegancia como por su utilidad.

Las claves para acertar: color, textura y diseño

A la hora de elegir abanicos para comuniones, solamente existe una sola regla: la sutilidad debe primar por encima de todo. El abanico armónico, el que le dará la sutilidad necesaria a tu look, es aquel cuyo diseño encaja tanto con tu vestido como con el ambiente de la celebración.

Elige colores pastel, estampados claros o motivos naturales. Aunque hay abanicos llamativos muy bellos, es preferible utilizarlos en otro tipo de eventos
(un cóctel de noche o un pícnic al aire libre, por ejemplo).

Es recomendable escoger los abanicos para comuniones en función del color del vestido que previamente se ha elegido. En este sentido, su textura es clave. Si no lo tienes muy claro, opta por acabados tradicionales. Los abanicos de madera, con o sin encajes, pueden ser una maravillosa opción en caso de que nuestro atuendo sea muy sofisticado.

Siguiendo estos consejos para elegir, ¡acertarás seguro!